La más sencilla de todas

Después de un tiempo sin escribir, bastante tiempo sin entrar en Facebook y una rodilla casi nueva, retomo el blog con una entrada, como no podía ser de otra forma, curiosa.
Nuestra historia comienza hoy cerca de Milán, hace casi 500 años. En esa época, en torno a 1522 las tropas imperiales de Carlos V luchaban contra Francia en Italia por intentar una supremacía en la bota y en contra de las ciudades estados que se imponían en el quinquecento italiano que tanto lustre artístico dio. Otro día dedicaré a los lustrosos renacentistas una entrada, pero eso es otra historia.
Esta guerra enmascaraba otros motivos, ya religiosos, como la lucha por la reforma de Martín Lutero y la reciente proclamación de Carlos V como emperador del Sacro Imperio.
La guerra se empezó a desarrollar en 1521 cuando Francia invadió a los Paises Bajos e inmediatamente el Emperador, el Papa y Enrique VIII de Inglaterra declararon la guerra a Francia combatiendo contra ellos para expulsarlos del Milanesado.
Esto llevó a una batalla que fue ya mundialmente famosa… por otro motivo, librada en un sólo día, el 27 de abril de 1522. En esta batalla las tropas francesas, con sus aliados suizos se lanzaron a la batalla de forma precipitada, al parecer por no haber cobrado su salario y en las proximidades de Milán se encontraron frente a los arcabuceros españoles, que simplemente se cegaron en ellos, causándoles numerosas bajas y la muerte a 22 capitanes sin ni siquiera llegar a plantearse una batalla real.
En concreto la batalla se produjo en un lugar llamado Bicocca, y fue tan sencilla la batalla que desde entonces se utilizaba este hombre para designar cosas de poco valor y de poca monta. Todos hemos escuchado alguna vez, “esto es una bicoca” y efectivamente, el diccionario español recoge al nombre “Bicoca” como “ganga” o “cosa de poca estima y aprecio”.
La zona de Bicocca no se quedó ahí. Este área se integró en Milán y actualmente es un barrio de la ciudad italiana y lugar donde se encuentra una de las universidades de Milán (la universidad de Milán – Bicocca).
Pero probablemente nadie de ese barrio sepa que allí se produjo una de las batallas más sencillas de la Guerra de los Cuatro años y que a partir de ahí, ese mismo barrio dio nombre a una de las frases más curiosas utilizadas en español. Toda una bicoca, sí señor.

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